El sábado me quedé a dormir en casa de Saku, con Mai, María y Eva.
(Hablando de ellas, para que todas tengamos una tocaya en el grupo falta una Ángela. Desde aquí hago un llamamiento a todas las Ángelas de Badajoz.)
La cuestión es que hicimos tantas chorradas que yo acabé cosplayeada a lo MUY cutre de América versión guerra de independencia y abrazando el Inglaterra de peluche de Saku.
Hacer un cosplay tan rematadamente malo está prohibido en más de 20 estados
Y anda que no me pegué golpes... Madre de Dios.
Hubo un momento en el que yo estaba sentada en el colchón hinchable (Alias Quetehinches) y Eva me suelta:
''¡Va, que salto! ¡Échate a un lado!'' Le hice caso y mi cabeza chocó con el suelo precisamente por el lado que estaba medio desinflado.
No os podéis imaginar la leche que me metí. Y aún más, porque a diferencia de mi cabeza (que estaba justo debajo de una silla), mi cuerpo seguía en el colchón. Y Eva saltó antes de que yo pudiera sacarla.
Resultado: Se me ha arreglado un poco la paleta que tenía montada.
Prefiero no dar detalles. Fue muy doloroso.
Bueno, en el colchón dormimos María, Mai y yo; y Eva y Saku en la cama de Saku.
Disfruté profundamente viendo el rostro de horror y puro miedo de Mai al enseñarle a la Mona Uboa en medio de la oscuridad.
Antes de despedirme, el resto de la noche podría resumirse en una conversación que tuvo lugar a las cuatro de la mañana.
María: Mai. Échate para la derecha, que no tengo sitio.
Mai: No puedo, Ángela está dormida.
Yo: Estoy despierta, perras, y me estáis quitando la manta.
¡No os droguéis! Reen.
Oh dios, creo que amo ese cosplay xDD
ResponderEliminarMe encanta.
ResponderEliminarEstoy despierta, perras.
AHAHAH X´D