Joyness

-Nombre, Joy Rayne. 
Respiración agitada.
-Edad, 23.
Una mueca de horror.
-Ocupación, estudiante.
Y un grito.
-¡Joder, Kath!
La chica peliazul se levantó de la cama, sobresaltada. El estridente chillido de una de sus compañeras de piso la había despertado.
Supo que ya era imposible que se volviera a dormir, así que dejó atrás las sábanas y bajó las escaleras con su infantil pijama azul de ositos, lamentándose por tener que levantarse tan temprano.

Peleándose, como de costumbre, estaban Kathryn y April, sus compañeras de piso.
Kathryn, de 23 años, era la gótica por excelencia. Su corto pelo negro con mechas lila era el más famoso de la clase.
A pesar de parecer algo huraña al principio, podía llegar a ser una persona encantadora cuando la conocías más a fondo.

Y, bueno, April. Con sus recién cumplidos 24, era una de las más populares entre los chicos, gracias a su cuerpo de curvas perfectas y rubio pelo meticulosamente cuidado. Además, era un encanto... A veces.

-¡Mira lo que has hecho! ¿Eres tonta o algo? -chilló April, exasperada, señalando una taza hecha añicos en el suelo.
-Joder, ¡que no lo he hecho a propósito! ¡Y no me insultes!

Ninguna pareció percatarse de la presencia de la peliazul, y siguieron peleándose.
Joy suspiró y se dio la vuelta para subir a su habitación de nuevo.